En días recientes, la Secretaría de Hacienda federal anunció que ha dado luz verde para invertir un presupuesto millonario en la creación desde cero de un Centro Integralmente Planeado (CIP) de turismo sobre la Riviera Nayarit, con puerto incluido para zarpar rumbo a las Islas Marías, donde otro CIP ya se concreta.
Esta noticia deja entrever las claras intenciones del actual gobierno federal en materia de turismo, pues sin entrar en detalles, se retoma la idea de una nueva franja de destinos de gran envergadura alterna a la que existe en el Caribe mexicano donde la península yucateca aún reina en los mapas de los viajeros como lugar predilecto.
La idea de un CIP nuevo en la Riviera Nayarit, hace excelente química con el ya detonado desarrollo turístico de la región, desde Bahía de Banderas y sus polígonos hoteleros y de descanso también generados en si momento desde cero (Nuevo Vallarta, Punta de Mita).
Pero más aún, hace espejo con el otro no tan conocido pero igualmente prometedor CIP ya en construcción, el de Costa Alegre, cuyo epicentro es justo ahora la franja de Chalacatepec.
Donde se levantan importantes infraestructuras, desde una biósfera de reserva con un resort sustentable hasta villas y centros culturales, e incluso un gran aeropuerto exclusivo para el destino, autopistas y más.
Lo mismo que se está ya planteando en Nayarit: ampliar el aeropuerto de Tepic, la carretera y la autopista que está pendiente. Eso, más la conectividad marítima con sus marinas en la bahía de Banderas y el puerto en el nuevo CIP.
Ambos nuevos destinos una vez desarrollados harán juego con Puerto Vallarta, quedándose como referente descontinuado pero aún competente, y darán origen a una larga franja de costa llena de destinos pero sobre el Océano Pacífico, con carreteras, autopistas, puertos de cruceros y 3 aeropuertos, y cuya infraestructura y atractivos le hagan llegar al nivel de lo que hoy es Tulum-Cancún-Isla Mujeres entre otros de la Rivera Maya del Caribe.
Los ideólogos y patrocinadores de la nueva franja del Pacífico occidental Jalisco-Nayarit podrían sin duda estar deliberadamente creando una nueva cadena de macro y micro destinos que impulse México más allá de las fronteras que jamás ha alcanzado en la industria turística global.